Diego Arribas: reino mineral, industria operando el paisaje
- Andrea García Casal
- 18 nov 2024
- 5 Min. de lectura
''De las Minas y Mineros de Francia, ocultas y detenidas [las minas] hasta ahora en el vientre de la tierra, por medio de las cuales las Finanzas de Su Majestad serán mucho más grandes que las de todos los Príncipes Cristianos, y sus súbditos más felices de todos los Pueblos''.
La restitución de Plutón. Martine de Bertereau. 1640.
Martine de Bertereau fue una pionera de la geología y la ingeniería de minas. La restitución de Plutón, obra polémica para su tiempo, estaba dirigida expresamente al Cardenal Richelieu. Su propósito era que las mayores autoridades francesas, especialmente la monarquía y el clero, entendieran que el arduo trabajo realizado tanto por su marido como por ella debía ser recompensado con dinero. Habían progresado científicamente en la geología y la minería; ciencias que apenas estaban desarrolladas en aquel periodo. Sus descubrimientos y métodos servían para localizar y explotar yacimientos mineros que acrecentaban la riqueza del país, pero no recibían prácticamente financiación. Sin embargo, el matrimonio fue represaliado con dureza tras La restitución de Plutón y, acusado de brujería, quedó encarcelado hasta la muerte.
Llama la atención analizar los antecedentes históricos de la ciencia minera para comprobar su alcance, tras el auge de esta en el siglo XIX y su potente desarrollo en la pasada centuria. Lo que a priori parecía algo baladí, extraño, terminó transformándose en una fuente de crecimiento económico y también de contaminación e incertidumbre. En el pasado, las rocas y minerales no se distinguían entre sí y comúnmente se entendían como un reino, el reino mineral, del mismo modo que los animales o vegetales. Además, los saberes alcanzados en la época grecorromana se habían perdido en buena parte.

Sunshine 2211. 2022. Objetos recuperados y polvo de mármol sobre madera. 122 cm x 81 cm.
El artista Luis Diego Arribas Navarro (Madrid, 1957), más conocido como Diego Arribas, recuerda de forma poética la importancia del —ya obsoleto como tal— reino mineral en su trabajo artístico. Insistimos, reino mineral no como forma de clasificar científicamente a los elementos geológicos, ya que no son seres vivos para taxonomizarlos. Pero Arribas sí nos muestra que la geología es una ciencia crucial, aunque menos popular respecto a otras de las llamadas ciencias naturales. Y lo que un día fue una actividad vinculada a la geología, la minería subterránea, muy propensa en Teruel —tierra en la que nuestro protagonista ha residido gran parte de su vida—, está en declive.
Un rasgo importante del trabajo artístico de Arribas es precisamente la visibilización y revalorización de aquellas actividades del sector secundario que han sido muy importantes, especialmente la minería —a cielo abierto y subterránea—, y cómo han transformado el territorio de manera irrevocable. Se trata de un paisaje postindustrial. Las minas que se abandonan suponen un tesoro si la intención es hallar materiales y darles una mirada conceptual, abordándolos desde lo artístico. Sin embargo, las minas cerradas no son únicamente un lugar para practicar la spolia, entendiendo aquí este término como la recuperación de materiales relativos a la minería para concederles una nueva vida en la obra de Arribas. Las minas ostentan valores culturales, trastocando el paisaje primigenio y mostrando la huella antrópica. Sin embargo, al cesar su cometido principal, el estado de dejadez se apodera del yacimiento. En ocasiones, el medioambiente se encuentra profundamente emponzoñado, por lo que la vida en el entorno resulta difícil e incluso imposible. Si esto no sucede, el cierre de la actividad supone un daño irreversible para la economía de aquellas personas que trabajaban en las explotaciones, lo que puede conllevar a su migración para buscar una vida mejor.
Arribas conoce muy bien cómo el estado de ruina de las minas turolenses fomenta directamente la huida de les habitantes residentes en los pueblos circundantes, empobreciendo todo a su alrededor. Por tanto, lleva más de veinte años enfrascado en proyectos culturales, particularmente artísticos que revitalizan las minas abandonadas, poniéndolas en valor a nivel público. No obstante, más nos interesa aquí cómo, tras reflexionar sobre el paisaje postindustrial y el pertinente patrimonio industrial, decide conservarlos a través de su obra.

Sunshine 2008. 2024. Carbón y tierra sobre madera. 60 cm x 60 cm.
Su manera de hacerlo no se trata de un mero culto a la ruina que nos viene del romanticismo, aunque Arribas está de acuerdo con el teórico romántico John Ruskin cuando este último afirmó que, todavía refiriéndose en exclusiva a la arquitectura: ''[p]rocura cuidados eficientes a tus monumentos y no necesitarás restaurarlos. […] Dedícale a un viejo edificio un cuidado ansioso: protégelo lo mejor que puedas y a cualquier coste de toda amenaza dilapidadora''. (John Ruskin, Las siete lámparas de la arquitectura, 1849).
En efecto, a partir de la óptica ruskiniana se empezó a dar valor a la arquitectura en calidad de testigo de la historia y de la sociedad que vivió en el pasado, recordando la importancia de la conservación y rechazando la idea de restauración. Empero, lo más interesante es que se adelanta a la noción de monumento. El patrimonio industrial también opta a ampararse bajo dicho término. Debe cuidarse, recuperarse y hay que otorgarle dimensiones distintas que lo dinamicen, de cara a ser musealizado o que sirva para otros fines. Lo industrial nunca es sinónimo de destrucción para Arribas.
Pero, regresando al tema que nos ocupa, en sus piezas artísticas Arribas actúa como símil de científico forense; toma muestras, analiza e implementa cada fragmento hallado en sus obras, pues cada uno de estos guarda la historia del lugar. En este aspecto, algunas de sus obras de arte son aparentemente abstractas, pero en verdad, totalmente figurativas y realistas. Es un arte que se encuadra en lo conceptual. Su trabajo en la línea postinformalista hace que los objetos recuperados vivan en la superficie plana de la tabla, rodeándolos de polvo de minerales como el alabastro, o de rocas, especialmente el mármol.
El juego con los materiales es crucial, ya que pone en relevancia los objetos encontrados en las minas, cuyo valor económico es escaso— pues normalmente están fabricados en hierro—, pero son protagonistas frente a la finura del polvo que queda supeditado por su carácter etéreo, por muy caro que resulte —mármol, alabastro—. En otras piezas prescinde de los objetos mineros para recuperar directamente el sustrato telúrico, el carbón por lo general, que sirve de pigmento en su interacción con pintura acrílica. De este modo, mediante la abstracción, sintetiza los paisajes postindustriales, cuya esencia rescata mediante la añadidura de las materias primas de dichas ubicaciones.

Sunshine 2108. 2024. Objetos recuperados y polvo de mármol sobre madera. 60 cm x 60 cm.
Al final, el paisaje postindustrial es patrimonio natural modificado por huella antrópica, así como las estructuras propias de las minas, su maquinaria e instrumental también son patrimonio cultural. Recuperados ''del vientre de la tierra'', los materiales que emplea Arribas en su praxis artística son, sin lugar a duda, una manera de revertir la situación del paisaje postindustrial y del patrimonio industrial, a través del arte.
Imágenes cortesía del artista.
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